» Génesis ; PARTE II

"Esa seria la primera noche en el que el hombre conocería el calor de la mujer"


     El mundo que acababa de descubrir estaba gobernado por hombres indomables, avariciosos, llenos de lascivia y puramente ansiosos de poder. Me contaron que antiguamente toda esta tierra estaba reinada por la naturaleza, la madre naturaleza, denominada Zairah. Hubo un tiempo en que este mundo vivía en paz y lleno de armonía, hasta que de la mar surgió el primer hombre. Aquel que yo consideraba mi salvador, El inmortal. Él trajo a este mundo el odio que ahora se conoce, aunque no me podía imaginar por aquel entonces que algo tan bello pudiera tener una esencia tan negativa. Su apariencia parecía tan pura... Pero aún así, no era cruel conmigo en ningún momento...

     Él y su ejercito de "bestias" humanas se apoderaron de la tierra. La destruyeron, mejor dicho. Aquella historia me conmovió tanto que unas pequeñas gotas de agua brotaron de mis ojos. Lágrimas me dijeron que se llamaban. Pero no acababa aquí el relato. Mi salvador me reveló una leyenda que me abrió los ojos por completo: un rubí precioso sería descubierto por el inmortal en un campo lleno de lirios ensangrentados que cambiaría el mundo destruido por negativos sentimientos. Fue en ese instante cuando realmente lo comprendí todo. Había una razón para mi existencia. Yo cambiaría el mundo. Yo estaba ubicada en esta tierra para recuperar ese mundo perdido lleno de naturaleza.

Zairah dejó en aquella cuna de lirios ensangrentados la semilla del pecado. 
Creó a la primera mujer para cambiar el destino de los hombres, pero bajo un alto precio.

Pandora, el regalo de los dioses.
Pandora, el regalo para los hombres.

Mi vida cambió por completo esa noche, aunque mi destino ya estaba escrito.

     Aquella noche seria la primera vez que el hombre probara el calor del pecado. Dejé de ser un lirio puro. Nuestros cuerpos se enlazaban llenos de pasión y fuerte atracción. Pero era algo más que eso. La razón por la que el inmortal no aplicó crueldad al lirio ensangrentado.

Amor: sentimiento que el hombre desconoció hasta que el pecado se interpuso en sus tristes vidas.

     Amor pasional entre besos húmedos, sexos excitados y cuerpos ardientes. Sonidos peculiares que brotaban de mi boca sedienta de él. Dedos juguetones que exploran en insólitos rincones. Dos cuerpos unidos en uno sólo que no dejaban de bailar. Confesiones pasionales entre sábanas de color marfil. Profundos cantos de amor que surgieron del pecado. Cuerpos que gozaban pegados la pasión y el placer prohibido. Dominándonos mutuamente en una noche que se hizo eterna, la cual marcaría una gran cicatriz en mi perfección. Y sin haber vivido de verdad aquel pasional salvador me juró eterno amor. 

     Cierto era que la palabra "ingenua" me caracterizaba por doquier y creo que fue eso mismo lo que hizo que una fuerte cadena me atara a él cegada por la felicidad suprema. Y es que a partir de esa primera noche en aquel lecho, con una promesa de amor pactada mediante cuerpos bailantes y cantantes me otorgaron la oportunidad de cambiar el mundo y así poder hacer realidad la leyenda de Zairah. Me convertí entonces en la musa de todos; en el punto de mira; el ojo del huracán; la hija de la naturaleza; la mismísima Zairah personificada; la protegida del inmortal.

     Durante meses transformé ese mundo conocido en su verdadera esencia. Enseñé a aquellas bestias humanas a ser mejores personas. A como deberían ser. Todo lo contrario a la avaricia, el ansia de poder, violentos, lascivos por completo... Todo volvió a ser como antaño, como debería de haber sido. El mundo y el hombre se reconstruyeron gracias a mí. La leyenda se había cumplido.

Y es que todo parecía perfecto en aquel nuevo mundo, pero la verdad era bien distinta. 
Algo estaba apunto de cambiar en mi nueva y joven vida, en mi nuevo imperio...



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